El destino, el esfuerzo y su recompensa.

Cuando vas conduciendo por la carretera, del punto A al punto B, no te haces preguntas existenciales ni barajas dudas respecto a lo que podría haber sido de ese punto del trayecto y no fue, si hubieses ido por otra carretera o si deberías haber elegido otro coche, simplemente conduces y lo haces lo mejor que puedes.

Antes de montar en el coche ya sabes a donde debes llegar, es algo tan simple como obvio, y ya has calculado mentalmente la mejor ruta y el tiempo que necesitarás para completarla; tu coche, es el que pudiste comprar después de una serie de comparaciones y ajustes de criterios, por supuesto que miras con recelo a los coches de otr@s, pero en tanto en cuanto que tú tengas una mente medianamente sana y seas consciente de la realidad, sabes que tu coche es tu coche y punto, lo cuidas lo mejor que puedes porque sabes que si te falla estas jodido, e incluso le profesas cierto amor por el simple hecho de haber invertido tiempo y esfuerzo en el, y por los muchos buenos y malos momentos que habéis compartido.

Es todo bastante simple: del punto A al B, con mi coche, cuarenta minutos, pierdo tiempo o pago parking, hago mi movida, Fin de la Historia.

Durante todo este trasiego, estas vivo, respiras, piensas en la conversación que tuviste ayer con cierta persona y en que punto de ella hubiese sido mejor cambiar cierta frase por un lindo silencio, te notas las piernas algo entumecidas por el esfuerzo que soportaron en la tarde de ayer, suena una canción de tu playlist que siempre te sube el ánimo y te gusta cantar las tres palabritas del estribillo a pulmón porque te crees que tu voz suena clavadita a la del máquina, y a la vez te encanta dar unos golpecitos al ritmo con los deditos por ahí en él volante y salpicadero, para que no decaiga la fiesta. Yo creo que esto es estar bastante y suficientemente vivo como para encima estar elucubrando respecto a la gallina y el huevo, creo que sobran las dudas porque tienes una acción definida y complejamente simple ante ti, y sin necesidad ni fe alguna aceptas lo que es y su exquisita simpleza, y quizás el mencionado trayecto solo es parte de otra lista de quehaceres, un simple paso intermedio entre la cal y la arena, entre arriba y abajo, entre el cielo de tus deseos y el infierno de tus impulsos, un simple intervalo de tiempo…llámalo existencia o llámalo vida, pero no dejes que te distraigan del hecho de que en este mismo instante estas viviendo tu vida, ni en mejor o peor manera que cualquiera, sea lo que sea que estes haciendo y muy a mi pesar de tus miedos irracionales, estás vivo, debes estar agradecido, se consciente de ello y obra en consecuencia, ya.

Autor: biwareman

Abro los ojos, veo a la gente.

Dime lo que se te pasa por la cabeza....